Tendencias: Bioarte

Criadores y cultivadores de obras de arte

El bioarte es una expresión de arte vivo, donde la ciencia, la tecnología y el arte se fusionan abriendo espacios sin barreras, confundiendo lo natural y lo artificial y generando grandes polémicas.

El bioarte es considerado una de las vanguardias del siglo XXI, alberga arte transgénico, genético, la biotelemática, la holopoesía y arte fractal. El soporte, el medio, el objeto, dejan de ser algo inerte.

El material orgánico es el protagonista: plantas, animales, piel, ADN, genes, son las herramientas de los bioartistas. Uno de sus máximos impulsores y quién acuñó el término de "bioarte" es el brasileño Eduardo Kac, director del Departamento de Arte y Tecnología de The School of Art Institute de Chicago (Estados Unidos).

El artista e investigador, expresa que "la genética molecular permite al artista construir el genoma de la planta y del animal para crear nuevas formas de vida. La naturaleza de este nuevo arte no sólo es definida por el nacimiento y el crecimiento de una nueva planta o un nuevo animal, sino sobre todo, por la naturaleza de la relación entre el artista, el público y el organismo transgénico. El público puede llevarse a casa las obras de arte transgénicas para cultivarlas en el jardín o criarlas como animales domésticos. No hay arte transgénico sin un compromiso firme y la aceptación de la responsabilidad por la nueva forma de vida creada así."Una de sus obras más importantes de Karc es "Génesis" obra transgénica que indaga en la relación entre biología, sistemas de creencias, tecnologías de la información, ética e Internet. Para esto Karc diseñó un "gen de artista", un gen sintético inventado, que no existe en la naturaleza. Este gen fue creado traduciendo una frase del libro del Génesis al código Morse y convirtiendo el código Morse en una secuencia de ADN de acuerdo con un principio de conversión especialmente desarrollado para este trabajo. Pero quizá "GFP Bunny" (2000)" sea la obra más representativa o conocida desde que se desarrolla el bioarte.

Se trata de "Alba" un conejo albino modificado genéticamente que brilla en la oscuridad. Esto es posible porque cuando el conejo era un embrión, Kac, en colaboración con los biólogos moleculares Louis Bec, Louis-Marie Houdebine y Patrick Prunnet, le inyectaron un gen fluorescente de la medusa Aequorea Victoria, a partir del cual el animal adquiere una tonalidad verde fluo cuando se somete a cualquier emisión de luz azul.

Pero Karc no está solo, entre otros bioartistas está Marta de Menezes, Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Lisboa, cuya obra "nature?"se compone de mariposas genéticamente alteradas, mariposas adultas vivas con patrones modificados en sus alas, con motivos artísticos. Entre los puntos más cuestionados sobre el bioarte es que si bien el patrón es artificial, se crea con células vivas normales, constituyendo un ejemplo de algo natural que no ha sido diseñado por la naturaleza. Plantea la posibilidad de reinventar la naturaleza misma mediante la ciencia, lo que puede tener consecuencias sobre los seres vivos y producir daños en el ecosistema Adam Zaretsky, otro bioartista, hizo escuchar por 48 horas ininterrumpidas el albúm Greatest Hits de Elgelbert Humperdinck a un plato de bacterias E.coli. Su propósito fue determinar si las vibraciones o los sonidos influían en el crecimiento bacterial.

Lo que observó fue que aumentó la producción de antibióticos de la bacteria, y Zaretsky llegó a la antojadiza aunque divertida conclusión de que las células más elementales expresaban su disgusto cuando las obligaban a escuchar "música de salón ruidosa y horrible".

También están quienes experimentan con el propio cuerpo, como el caso de Stelarc, un artista australiano, quién se implantó en su brazo izquierdo una oreja orgánica (réplica de una de las suyas), alimentada durante un tiempo mediante birreactores, con el objetivo de cuestionar la estructura humana.

Estos nuevos artistas basan sus trabajos en la transferencia de conocimiento de los nuevos avances biotecnológicos a lo estético, a lo artístico, desplegando un campo de posibilidades inimaginables que genera en los espectadores grandes sorpresas, pero que desatan también grandes interrogantes en lo social, cultural, ético y filosófico.